lunes, 8 de febrero de 2010

SIGO AQUÍ

Sigo aquí, donde me dejaste, con la compañía de un televisor que me lanza pantallazos y al que no hago caso prácticamente nunca. Con el sonido de una radio a la que ni oigo por miedo a que aparezca alguna de esas canciones que nos unieron estando separados. Con las esperanzas intactas y los besos en la cartera para invitarte si te da por volver algún día. Sigo aquí. Levantándome cada día pensando si será el día en que te des cuenta de que nadie te extraña como yo, que te tengo conmigo a cada paso y te di el placer de ser la primera referencia ante cada acontecimiento de mi vida. No pasa noche en que no me pregunte qué pasa por tu cabeza antes de acostarte. En mis sueños te veo preguntándole a tu almohada si ya te olvidé, si pasean otras curvas por mi mente, si hay otra inquilina en mi alma. Sé que ella, en alguna noche, te ha dicho que lo intenté más de una vez pero que me fue imposible hacerlo. Que por más empeño que le he puesto, sigues viniendo a mi lado cada noche a apuñalarme dulcemente el pensamiento y el corazón. Sigo aquí, donde me dejaste una noche con una llamada que hizo de mis ojos una estación lluviosa. Sigo aquí, mirando el teléfono a cada rato, prometiéndome una y otra vez que no viviré pendiente de él aunque cuando vibra, en décimas de segundo, vienes a mi mente y desapareces al no ver tu nombre en la pantalla. Sigo ahí, en el cajón de tus recuerdos, pegado al fondo y oculto bajo un papel. Ahí seguiré hasta que decidas tirarme en un día de esos en los que montas un gabinete de crisis y te da por limpiar a fondo tu alma. Lo único que me consuela es que antes de tirarme a la basura definitivamente, sé que me agarrarás y sonreirás al recordar las noches junto a mí en la distancia.

0 comentarios: