sábado, 27 de febrero de 2010

UN PAÍS DE PANDERETA

En eso se ha convertido, por desgracia, nuestro país. A día de hoy, no sé qué podemos exportar culturalmente allén de los mares, cuando hemos convertido en estrellas mediáticas a personas cuyos méritos para ello han sido ser madre de la hija de un torero o haber hecho el cafre por internet con videos que sólo enseñan violencia y una preocupante carencia de valores. Es algo que muchos hemos pensado en algún momento, pero que jamás creímos que podría llegar a tocar el último extremo de la desfachatez. Y es que lo sucedido en la gala de Eurovisión recientemente, donde un personaje nos ha retratado para Europa con una actuación de la que no pienso dar publicidad con links o fotos, ha servido para derramar por fin el vaso y preguntarnos hacia dónde vamos. Hace años, para salir en televisión, había que ser famoso por algo profesional. Había que ser cantante, gran comunicador, humorista, pintor, etc. Con un currículum que lo acreditara. Hoy en día, uno se hace famoso gracias a la televisión y, para acceder a ella, uno debe contar cuál es el currículum que tiene en su entrepierna, ya sea hombre o mujer. Me da pena ver cómo este país degenera en una república bananera en la que la educación, cada vez más, brilla por su ausencia. Sólo espero que estos días tan grises para todos aquellos que tenemos dos dedos de frente, lleguen a su final porque si no es así, rezaré para que los augurios de Roland Emmerich en su última producción se cumplan cuanto antes.

0 comentarios: