viernes, 4 de septiembre de 2009

PARA CONQUISTAR UNA BELLA DAMA...

En los tiempos que corren, donde la crisis sirve de salvoconducto para los violentos, los estafadores y la mala gente, un poquito más de amor sería perfecto. Y para ello, en esta entrega, regalaré un vademécum del ligoteo con vistas a entregarse por completo a la mujer que uno cree que es perfecta para sí mismo.
Lo primero que uno tiene que hacer es definir la mujer a la que quiere entregarse. Es algo básico, porque uno no va a salir a la calle a conquistar a la primera que se le ponga delante sin saber cuál es la situación. En caso de hacerlo, una guantada es lo más probable que reciba de la mujer en cuestión. A la hora de seleccionar a la mujer hay que tener en cuenta unos conceptos básicos. Ha de ser todo lo guapa que uno busque, debe ser todo lo buena gente que uno quiere y, preferentemente, no debe haber sido pareja de ningún amigo y/o familiar. Porque si ganar una mujer supone perder a otra persona importante, mal vamos.
Una vez seleccionada la mujer a la que uno quiere conquistar, uno tiene que darse un halo de misterio, apareciendo y desapareciendo de los lugares que ella frecuenta, debe ir siempre bien afeitado y limpio, preferentemente oliendo a Brummel, Varón Dandy u Old Spice, que son perfumes de hombre de siempre. Nada de metrosexualidades. Las mujeres ya no buscan hombres que les cojan las cremas.
En esos meses en los que uno aparecerá y desaparecerá continuamente, debe desaparecer siempre en dirección al gimnasio, porque las mujeres buscan un hombre que no sea desmesuradamente fuerte, pero que tampoco necesite una sobredosis de Xillit Bang para hacer desaparecer la grasa.
Hasta que uno se dedique a conquistarla en lo que se conoce como el uno contra uno, el hombre debe aprender mucho. No sólo tiene que leer novelas de Corín Tellado y poemas de Neruda, también debe comprar el Hola y el Lecturas, recordando siempre recortar las páginas donde van las recetas.
La música es un factor importante. Ha de ir a El Corte Inglés y comprar muchos discos de Jazz, de Bandas Sonoras y para el coche, el último disco de Conchita y la discografía de Frank Sinatra, la cual habrá de saber tararear por completo a las dos semanas. No importa si no se sabe inglés o si se está en el último curso de CCC (que no sé si sirve para algo). Sólo hay que musitar la melodía y de vez en cuando decir cuando ella esté presente: Qué bonito cantaba, lástima que desapareciera, porque por algo le llamaban la voz.
El cine también es un soporte vital básico a la hora de ligar. Ellas siempre suelen tener a un actor al cual adoran. Por norma general suele ser alguno de los llamados galanes de Hollywood, o algún actor de serie española del tipo Los Hombres de Paco. Nosotros, en nuestro afán de ligar debemos tener un referente claro: ARTURO FERNÁNDEZ. Ese siempre ha sido el galán por excelencia. Un hombre bien vestido en todas sus apariciones, que cuando hizo La Casa de los Líos dormía con un batín de seda precioso. Nada de Currojimenismos, ni Bradpitismos. Eso le gusta a las mujeres rudas o a las niñas de papá y nosotros, lo que queremos es una mujer.
Otro punto importante es el de los viajes. Las mujeres buscan hombres de mundo que puedan hablarles de los lugares más insospechados y recónditos, que también manejen datos acerca de lo que ellas más conocen. Para ello habrá que ir a una librería y pedir guías de viajes de: Londres (allí hay mucho mercadillo y se puede comprar mucha ropa), París (La Torre Infiel y la ciudad de la luz tiran mucho, mi niño), Roma (abstenerse de decir que el foro romano parece la ladera de El Barranquillo de Don Zoilo) Grecia (ni se les ocurra decir que no les gustó porque estaba todo roto) y Nueva York (decir que estuviste en la zona cero te da un toque de sensibilidad). No se te ocurra comprar una guía de Cuba y/o República Dominicana, porque ahí es raro ir a ver las playas exclusivamente y todo el mundo sabe que allí se pendonea bastante.
Y ya, por último, la cocina. Debemos coger la más sugerente de las recetas que encontremos en las revistas, ver tres o cuatro programas de Arguiñano seguidos y luego echarle muchas especias, porque eso da un toque de misticismo al plato que las desarma por completo. Lo de los entrantes hay que saberlo manejar muy bien. No conviene pasarse con los embutidos porque la misma palabra lo dice: Entrantes termines de comértelos, antes llegará el plato estrella y la consagración. En cuanto al vino, no pasa nada si tienes dudas. Compra una botella que pase de quince euros y listo. Blanco si es pescado o pasta que no lleve salsa boloñesa, tinto si es carne y rosado… si te da la gana.
Muy mal se te tiene que dar para no conquistar a esa mujer… Suerte y ¡a conquistar!