lunes, 31 de agosto de 2009

TENEMOS UNA CONVERSACIÓN PENDIENTE

Aún no has llegado y ya me has alegrado las últimas semanas de mi vida. Es el poder que sólo tiene la gente como tú, capaz de generar ilusiones desde mucho antes de llegar. No sólo porque seremos uno más en todas las reuniones, sino porque llegas en el mejor momento y de la mejor forma. Cuando casi ni te esperábamos e intentábamos encontrar un “algo” que nos insuflara la felicidad que nos robó el destino tiempo atrás. Tú no me conoces, pero estoy seguro que ya me has oído hablar. Claro que si algún día quieres saber cómo te conocí, deberás esperar unos años. Cuando sepas cómo funciona el milagro de la vida, te lo contaré y te contaré el escalofrío que me recorrió el cuerpo cuando me enteré de que te ibas a dar un saltito por este mundo loco. Si te soy sincero, creo que llegaste a este mundo de la mano de muchos de nosotros aunque físicamente sea tu padre con la ayuda de un médico quien te saque. Has de saber que ajeno/a a todo lo que te rodea, nos has devuelto a todos la sonrisa. Me despido de ti dándote mi palabra de que algún día te contaré cómo supe de ti. Tenemos una conversación pendiente.

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