sábado, 5 de diciembre de 2009

EXTRAÑO SENTIMIENTO

¿Se puede echar de menos algo que nunca se ha tenido? ¿Es posible extrañar unos labios que nunca se han probado? ¿Dónde se encuentran las respuestas a las preguntas que nunca se han podido contestar y que en cambio nos hemos hecho en multitud de ocasiones? Yo, en cambio, te sigo extrañando como si hubieses existido, como si hubieses estado a mi lado siendo algo más que la ilusión de un futuro incierto, como si hubiese una historia que contar, una tarde a recordar en la que la confabulación de los astros jugó a mi favor.

¿Fuiste cierta aunque no pasaras del intento? ¿Con qué aparato se calibran los sentimientos y la locura que generaron? ¿Qué hacemos ahora con los sentimientos furtivos y los besos en grado de tentativa que dibujaron nuestros labios en mi mente?

No me queda más que el recuerdo de lo que no fue y que nunca sabré, salvo catástrofe. Aunque reniegues de todo aquello, siempre estará ahí. Puedes matar todos los recuerdos en tu mente, pero yo también estoy imputado. Y para matar los sentimientos del todo tendrías que matarme a mí. Y sé que en el fondo no quieres matarme. A lo mejor habrás deseado en algún momento que nunca hubiese aparecido, o que el destino no me hubiese cruzado en tu camino. Pero matarme, jamás.

Eres el sueño de siempre, la chica de nunca y, por mucho que no hayas existido, te llevaré guardada en el lado izquierdo hasta el final. Ahí donde reposan los buenos recuerdos de la infancia, el primer beso y el primero de los besos que nunca te di, tienes tu sitio. Y sólo depende de ti el tamaño de ese sitio que ya es grande y que puede convertirse en inmenso. Porque no es necesario hablar para saber lo que pensamos, porque no hacen falta más que tus ojos y tu sonrisa para que me lo digas todo. Porque con una mirada, en una fracción de segundo me regalaste la eternidad sin darte cuenta, antes de que la timidez te bajara la cabeza.

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